lunes, 15 de octubre de 2018






 la obra.
Obra teatral llevada a escena por primera vez en 1962. El tema tratado son los eventos de índole económicos en que se ven envueltos los personajes del fabuloso mundo de las finanzas.

Su estilo es satírico y de crítica mordaz, en el sentido que muchas veces estos negocios se realizan, en un nivel de intercambios de palabras, pues carecen de un sustento material ya que no hay créditos ni capitales y detrás de éstos sólo existe una posición social que los hace funcionar. 

Según el autor los hombres de negocios son asalariados que sabiendo motivar a los que verdaderamente tiene el dinero lo ponen a su disposición Obedot es un personaje de este corte y aunque exhibe muchos defectos también lo acompañan virtudes entre la que se menciona la forma elegante en que inmoviliza a sus acreedores.

Obedot diariamente incrementa las deudas no los intereses, pues cree firmemente que es una forma de fabricar dinero. Según él “el día en que fue inventada la moneda no se hizo otra cosa que emprender la más grande y universal estafa” y así él es un miembro más de los innumerables que se encargan de poner en práctica esta verdad.

El estudiante Castro le amarga su intensa vida, al enamorarse de Pitusa, su hija, el único bien que no está enajenado a segundos. Castro para definir claramente la situación reúne a todos los acreedor es y falsos ricos denunciando la verdadera naturaleza del prototipo del ejecutivo moderno y en este aparte vemos de paso el estilo sarcástico de la obra: 

“Esta casa está construida sobre cimientos de pagarés y con paredes de vencimientos, con techos de pignoración, con muebles de protestos, con luz de desalojos, y en ella se comen sopas de finanzas, guisos hipotecarios y postres a plazos, quizá mañana, tal vez ahora mismo, se llevarán íntegramente los lujos y las ostentaciones que aquí relumbran”. 

Verdad a la que Obedot no le presta mucha atención, pues cundo llegue la ruina recomenzará de nuevo el ciclo de convencimiento de algún magnate o gerente de banco que en virtud del conocimiento detallado de aquel mundo lo refinanciará y de esta forma cancelará sus deudas e incluso ganará más dinero. 

Obedot es pues un retrato fiel del pícaro moderno que se empotra en gigantescas empresas, pareciendo una figura de mucha solidez pero que adolece de sentar sus bases en pisos movedizos, y que repentinamente se desmoronan como gigantescos colosos de barro, ya que el mundo financiero que representa opera sobre palabras y papeles. 

Salazar Bondy, así, cuenta agudamente de la .farsa de la burguesía criolla.





Opinión Deyanira Aures: bueno fue una bonita experiencia para mi hacer una obra teatral




Opinión Briggete Rivero: bueno se l recomiendo , aparte que me parecio una buena obra  














Buenos Tardes, con todos ustedes Nuestro nombres son Deyanira y Briggete ahora venimos a contarles aquella historia , espero sea de su agrado

La exposición Sebastián Salazar Bondy. El señor gallinazo vuelve a Lima, incluye este video en el que se combinan los registros sonoro y gráfico de una función completa de El fabricante de deudas, de Sebastián Salazar Bondy, presentada el 27 de setiembre de 1962 en el Teatro La Cabaña. A continuación, una reseña de esta obra por el investigador teatral Gustavo von Bischoffshausen.
Por Gustavo von Bischoffshausen
El fabricante de deudas marca la última etapa de creatividad dramatúrgica de SSB, en la que toma como tema a la sociedad criolla limeña de clase media o alta. El género libremente definido como “modernacomedia peruana de costumbres” indaga en el vodevil y el teatro de boulevard, aunando la línea satírica del teatro de Marivaux y Molière y, – aunque con las reservas de algunos críticos – aspectos del teatro épico de Bertolt Brecht, entonces en pleno auge en América Latina. Su valor máximo, según José Miguel Oviedo, es la creación de Luciano Obedot, protagonista de El fabricante, un personaje en el cual podemos reconocernos.
La obra, inspirada libremente en el cuento Le falseur de Honoré de Balzac, fue puesta en escena por Histrión, el grupo teatral peruano más afiatado y visible de la década de 1960, bajo la dirección de José Velásquez, acompañado de Carlos y Virgilio Velásquez, escenografía de Marcelo Damonte y vestuario de Marco Leclerc, en octubre de 1962. El éxito no se hizo de esperar: la obra tuvo una temporada exitosa en elTeatro La Cabaña y el Teatro Segura.

Mario Vargas Llosa viendo y escuchando la obra de su amigo. Foto por Handrez García.
Dos años después, El fabricante de deudas, junto con La chicha está fermentando de Porfirio Meneses y Santiago el pajarero de Julio Ramón Ribeyro, formó parte de la Embajada Cultural que Sebastián Salazar Bondy e Histrión llevaron a Santiago de Chile, con una amplia y cobertura de la experimentada crítica y prensa chilenas.
El archivo de la familia Salazar Bondy tiene entre sus existencias dos documentos de las funciones de 1962, una secuencia de fotos de la obra y el registro sonoro de una función completa del 27 de setiembre de 1962. La exposición Sebastián Salazar Bondy. El señor gallinazo vuelve a Lima une ambos materiales para hacer una recreación de la obra (ver videos). El propósito es doble. Por un lado se recrea la función con el importante aporte suministrado por la recepción, silencios, y risas del público. Por otro, nos permite vislumbrar el arte de la actuación de José, Carlos y Mario Velásquez, integrantes de Histrión, aspecto histórico muy difícil de poder apreciar de otro modo.